miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿La ocasión hace al ladrón?



A un paso del 2010 y aún las señalan de 'provocativas'
Funcionarios, Iglesia y hasta en las escuelas se justifican las agresiones de género por usar minifaldas, vestidos cortos o participar en 'chistes picantes'

Carolina García
El Universal
Ciudad de México Miércoles 18 de noviembre de 2009
00:02 A pesar de que la mujer cada vez gana más espacios en la vida pública, laboral y científica, aún hay ideas de que la mujer debe guardarse en su casa o no ser "provocativas" para evitar delitos sexuales. Incluso, funcionarios e instituciones han propuesto iniciativas totalmente polémicas para hacer respetar la "moral" pública.
Por provocativas
Apenas el lunes, el procurador de Justicia de Morelos, Pedro Luis Benítez Vélez, recomendó a las mujeres a que "aprendan a prevenir y no a provocar", tras comparecer ante las comisiones de Equidad y Género, y de Justicia y Derechos Humanos del Congreso local, donde admitió que este año en el estado 25 mujeres fueron victimadas de manera violenta.

"Es mejor que las mujeres se vayan a sus casas, o de sus familiares, y no que estén expuestas a ser violentadas".

Benítez Vélez dijo que Morelos ocupa el séptimo lugar en la incidencia de casos, con 85 asesinatos entre 2005 y 2008 -además de los 25 de este año-, mientras que el estado de México tuvo 573, el Distrito Federal contabilizó 427, Chihuahua registró 360, Veracruz 282, Chiapas 275 y Jalisco 214 en ese mismo periodo.

Según organizaciones no gubernamentales, este año han sido asesinadas 29 mujeres en Morelos. En relación a su territorio y número de habitantes, ocupa el primer lugar nacional en ocurrencia de esos crímenes.

La minis y las chicas picantes

Así como el alcohol, el cigarro y la droga han sido tema de debate en los palacios legislativos del país, las minifaldas también han tenido su papel protagónico entre algunos sectores de la sociedad.

Al rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuen Ojeda, se le ocurrió en el 2008 que la escalada de violencia en Culiacán podía ser frenada prohibiendo a las alumnas de la máxima casa de estudios de la entidad el uso de las minifaldas.

Y es que en sus propias palabras, "las faldas sumamente cortas que visten algunas estudiantes se convierten en una invitación para ser agredidas o molestadas, no sólo dentro de la universidad, sino en el exterior, sin menoscabo de sus derechos a portar el tipo de vestimenta que ellas deseen".

 






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